Cómo hacer conservas caseras.
¿Quién no se ha encontrado en muchas ocasiones con una gran cantidad de hortalizas o frutas que no uede consumir en el momento? Unas fresas que te han regalado, unos tomates que estaban muy baratos... Y claro tirar comida no suele gustar a nadie. Pero estos alimentos podemos consumirlos hasta en un año si somos capaces de conservarlos. A veces podemos congelarlos, pero algunos no pueden congelarse o queremos hacer algo distinto: hacer conservas. Y no es difícil. He aquí una receta casera genérica para hacer conservas de alimentos en tu cocina. Verás que hacer conservas es sencillo. Luego te alegrarás poder usar estos productas en tu cocina.
Las conservas de frutas y verduras como hacían nuestras abuelas es fácil. Lo fundamental al hacer una conserva casera de alimentos es la limpieza. Si nuestras hortalizas o frutas son ácidas (tomate y casi todas las frutas) la conservación está garantizada, en alimentos poco ácidos (la mayoría de las hortalizas) es conveniente conservar el alimento escaldado y con algún acidificante (limón, vinagre). Pero siempre la limpieza. Por eso el primer paso es lavarse bien las manos y los utensilios que vayamos a usar.
Para conervar alimentos es imprescindible que estos estén en perfectas condiciones. Se deben pelar y limpiar bien, en el caso de los tomates se escaldan (una pasda por agua hirviendo) para facilitar la operación. Para las mermeladas de frutas deberás añadir azúcar en la proporción medio kilo de azúcar por cada kilo de fruta y un vaso de agua.
Los tarros recomendables para guardar las conservos son tarros de cristal con un buen cierre. Debemos lavarlos bien a fondo y una vez limpios no se debe tocar el interior del tarro ni de las tapas. Y kuego es imprescindible esterilizarlos, es decir, someterlos a altas temperaturas para matar todo rastro de microbios. La temperatura mínima para esterilizar serán 120 ºC durante diez minutos al menos.
Los recipientes para la concerva casera deben esterilizarse, algo que podemos hacer en una olla a presion donde colcamos los tarros, las tapas y agua, lo ponemos todo al fuego, tapamos y dejamos que hiervan al menos duratne 10 minutos. Los sacamos usando unas pinzas o cualquier método que evite tocar el interior del tarro.
También se pueden esterilizar los tarros colocandolos en el horno y programando su temperatura a 160º durante unos treinta minutos. Colocamos los tarros con el horno frío para que se vayan calentando poco a poco y no se rompan. La tapas se deben esterilizar aparte en olla a presión.
A continuación llenamos los tarros con los productos que vayamos a conservar aún calientes, para evitar que un cambio brusco de temperatura rompa el tarro de cristal. Dejad entre la superficie del alimento y la tapa uno o dos cemtímetros. Enseguida lo cerramos y lo ponemos boca abajo, para asegurarnos que al enfriarse se produce el cierre hermético, casi al vacío. Una vez frios comprobaremos que las tapas no están hinchadas (al presionar no debe escucharse un click).
Solo nos queda etiquetar con el nombre del producto y la fecha de envasado. Al usarlo comprobamos siempre que el cierre es hermético, la tapa no debe estar hinchada o ceder al presionarla.