La alimentación de nuestros pequeños.
Los escolares tienen que comer de todo: más variedad implica más probabilidad de que tengan una alimentación equilibrada y con todos los nutrientes que necesitan. ¿Como conseguir esta alimentación sana para los niños? Bueno pues esta pequeña lista puede ayudarnos algo a conseguir que los niños en edad escolar sobre todo lleven una alimentación sana.
- REGLA DE ORO: Comer sólo lo que nos gusta es una mala práctica nutricional.
- Los alimentos deben distribuirse a lo largo del día para que el cuerpo tenga los nutrientes necesarios cuando los necestia.
- Preparar los alimentos de diferentes maneras: asados, hervidos, a la plancha, guisados, y no abusar de los fritos.
- Estimular el consumo de alimentos crudos: ensaladas, sopas frías, frutas
- En la edad escolar se necesitan alimentos ricos en proteínas de origen animal: lácteos, carnes, huevos y pescados, equilibradas con alimentos de origen vegetal: cereales, legumbres, verduras y frutas.
- Los alimentos ricos en hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, legumbres) aportan energía y deben ser habituales en las comidas de los escolares.
- No deben faltar las frutas y ensaladas, deben ser abundantes.
- Controlar el exceso de grasas, azúcar y sal.
- La mejor bebida el agua. Nada de refrescos para acompañar las comidas.
- En esta edad es totalmente inadecuado y dañino el consumo de bebidas alcohólicas y excitantes.
- El consumo de dulces, refrescos y golosinas no debe prohibirse pero si moderarse.
- La comida es fuente de nutriente y energía para el organismo, pero también debe convertirse en algo placentero. La forma de presentarle un alimento puede hacer que el niño lo acepte o lo rechace.
- La comida rápida no es una buena costumbre, debe ser la excepción y no la norma.
- Una alimentación sana debe completarse con ejercicio físico. Ambos promueven una vida saludable. Reducir el ocio sedentario (televisión, videojuegos) e incrementar lel ocio activo: juegos físicos, deporte....
- Como siempre los padres juegan un papel fundamental en la formación de los hábitos alimentarios de sus hijos y de un estilo de vida saludable. Su tarea no es fácil pero no pueden rendirse. En el ámbito familiar el niño debe llegar a sentir la comida como un placer que cubre una necesidad.