Fríe la cebolla picada en aceite a fuego lento hasta que esté transparente, añade el tomate frito y el orégano.
Mezcla la pasta con la salsa y colócala en un plato formando un círculo.
Decora con rodajas de queso fresco y aceitunas negras para simular ojos de vampiro.
Agrega detalles con tomate para simular venas y coloca triángulos de queso como colmillos.
Sirve caliente y disfruta de una presentación original y divertida.